Day 5 of 40 (Español abajo)
In the Sonoran desert, just a stone’s throw distance from the Border wall, there hangs a cross on a rusty fence. It marks the resting spot of one of Tucson’s most faithful humanitarians, Kathryn Ferguson. Kathryn spent the last 13 years of her life hiking with the Tucson Samaritans, a humanitarian aid group that carries water, food and emergency supplies into the desert with the hope they will provide life-saving relief to those in distress. When she passed away last April, it was her wish that her ashes be scattered there in the desert, by the Border, in sight of the mountains she loved best and the trails she knew so well. In her book, The Haunting of the Mexican Border, Kathryn wrote, “I am not a migratory bird. I have always had a place. It is located west of the tall saguaro, south of the dry river bed, beyond the certainty.” May her cross be a comfort to all who come across it as they walk their own journey far beyond safety and certainty.
Día 5 de 40 En el desierto de Sonora, a solo un paso de la pared fronteriza, cuelga una cruz en una valla oxidada. Marca el lugar de descanso de una de las personas más humanitarias de Tucson, Kathryn Ferguson. Kathryn pasó los últimos 13 años de su vida yendo de excursión con los Samaritanos de Tucson, un grupo de ayuda humanitaria que lleva agua, alimentos y suministros de emergencia al desierto con la esperanza de que proporcionen un alivio para salvar vidas a los que están en peligro. Cuando falleció en abril pasado, era su deseo que sus cenizas se dispersaran allí en el desierto, junto a la frontera, a la vista de las montañas que más amaba y de los senderos que conocía tan bien. En su libro, The Haunting of the Mexican Border, Kathryn escribió: "No soy un ave migratoria. Siempre he tenido un lugar. Se encuentra al oeste del saguaro alto, al sur del lecho seco del río, más allá de la certeza." Que su cruz sea un consuelo para todos los que la cruzan mientras recorren su propio camino más allá de la seguridad y la certeza.
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